GUÍA PARA UNA MERIENDA SALUDABLE
Hoy queremos centrarnos en un tema que a los papás y mamás os preocupa mucho, y que tratamos habitualmente en consulta, ¿qué le doy de merendar?.
En primer lugar, la merienda no es una comida inquebrantable para los niños. Si tienen hambre la merienda ha de ser saludable, y si no tienen hambre no es necesario que merienden. Ningún niño que tenga comida a su alcance va a morirse de hambre, así que papás y mamás, tranquilos. Estamos en un momento y en una sociedad en la que, existen enfermedades por comer en exceso y mal, pero no por no comer.
¿Y por qué es tan importante que la merienda sea saludable? Porque de la alimentación del niño, depende la salud del futuro adulto. El consumo de azúcar es la principal motivo de sobrepeso y obesidad en el mundo. Además, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas, enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte mundial y aumentan el riesgo de cáncer. De hecho, recientemente, la Asociación Americana de Cardiología ha catalogado como epidemia a las enfermedades causadas por el consumo de azúcar, ya que se relaciona directamente con riesgo de padecer diabetes, hipertensión, ataques cardiacos…
Si echamos la vista atrás, cuando nosotros éramos niños, ¿qué merendábamos ?Probablemente la mayoría coincidiréis con nosotras en que en las meriendas siempre incluían fruta, algún bocadillo (casi siempre de embutidos, eso sí), yogures…
LA MERIENDA ACTUAL
Pero ¿qué meriendan ahora nuestros peques? Solo hace falta fijarse en qué hay dentro de las papeleras a las salidas de los colegios o de un parque infantil, prácticamente lo único que se ve son envoltorios de bollería industrial, de galletas (que son bollería, os remendamos que comparéis la etiqueta de unas galletas con la de cualquier otro producto de bollería), lácteos azucarados (que siempre son semidesnatados y repletos de azúcar) ¿pero cuantos restos de fruta se ven?

Muchas veces en nuestras consultas escuchamos eso de “es que, si no le doy eso, no come nada”. Pues es mucho mejor que no coma nada a que coma un producto lleno de azúcar, grasas saturadas e hidrogenadas y harinas refinadas porque, además, ningún niño pasará hambre teniendo comida a su alcance. Cuando pasan sin comer es porque saben que después de eso les ofreceremos algo que les parece más apetecible.
Por ejemplo, un niño que desayuna leche con cacao soluble y galletas, toma a media mañana un lácteo azucarado y cuando llega a casa tiene algo de comer que no le entusiasma demasiado… ¿para qué se lo va a comer si sabe que de postre o a la merienda volverá a tener lo que él quiere? Pero lo importante de esto es ¿por qué los niños prefieren eso? Pues porque es lo que les ofrecemos los padres. Cuando una persona está acostumbrada a comer ultraprocesados de forma habitual, su paladar se acostumbra a un sabor dulce y salado mucho más alto del que tienen los alimentos de forma natural.
¿CÓMO ES UNA MERIENDA SALUDABLE?
Una merienda saludable debe de contener frutas, frutos secos, hidratos complejos, proteínas… pero siempre de buena calidad. ¿Y cómo se los ofrezco para que estén ricos?
¡Nosotras os damos las alternativas!
-Fruta troceada o entera, mejor de cercanía y de temporada. Se puede añadir un poco de chocolate del 85% fundido.
-Bocadillo de pan integral con: queso y tomate, mantequilla de cacahuete y plátano, crema de avellanas y cacao casera, aguacate y fresas, tomate y bonito, rúcula y queso de cabra.
-Yogur natural con fruta fresca (fresas, plátano, kiwi, frambuesa,…), frutos secos, chocolate 85%, coco,…
-Yogur con manzana o pera asada (o al microondas) , canela y harina de almendra.
-Helados de yogur y fruta
-Polos de fruta
-Plátano o manzana con crema de cacahuete
-Batido de yogur, fresas y arándanos
Muchas veces, en consulta, nos decís “es que si le doy eso no lo va a querer” ¿se lo hemos ofrecido alguna vez? Y lo más importante ¿nosotros comemos esos mismos alimentos de forma habitual delante de ellos? Los niños funcionan por imitación y si queremos que ellos coman sano, debemos de ser nosotros los primeros en hacerlo.
El cambio nos puede llevar cierto tiempo, no es algo inmediato que se puede cambiar de la noche para la mañana. Pero os dejamos unos consejos que os permitirán hacer ese cambio de forma más gradual y sencilla en el siguiente link.
No se trata de prohibir a los niños ningún alimento o producto, sino de no ofrecérselo y de mostrarles que habitualmente en casa, se come saludable.