Cómo preparar colorantes alimentarios caseros
Comemos por los ojos y eso no es nuevo para nadie. Así que hoy además de aprender las propiedades de algunos alimentos y cómo cultivarlos, vamos a preparar colorantes alimentarios caseros a través de productos naturales, en este caso a través de verduras y hortalizas.
Y vamos a ver cómo podemos usarlos para dar color a nuestros platos de una forma muy natural y fácil. Con ello haremos mucho más llamativas nuestras creaciones en la cocina.
Color verde: Espinacas

Son antianémicas, laxantes y refrescantes. Contienen vitaminas, calcio, hierro, cobre, magnesio y fósforo. Se debe a la clorofila, responsable del color verde en casi todas las plantas. Lo podemos encontrar etiquetado como E-140. Aguanta bastante bien los procesos de cocinado, pero si lo cocemos demasiado se puede volver marrón.
No es posible extraer únicamente la clorofila, pero sí podemos hacer un concentrado verde, para usarlo en cualquier preparación.
Para ello, necesitamos un puñado de espinacas bien lavadas y cortadas y las ponemos a cocer en el doble de agua, hasta que estén casi deshechas. Lo batimos, y ponemos a cocer hasta que reduzca un cuarto de lo que tenemos.
Ya tendríamos nuestro colorante. Si queremos que sea mas potente basta con colar la mezcla, utilizando un colador de tela y guardando lo que nos queda en él como concentrado.
Color naranja: Zanahoria
Son diuréticas, depurativas y calmantes para los intestinos. Contienen vitaminas, yodo, manganeso. Es rica en carotenos, que es lo que le da color. Lo podemos encontrar como E-160A en las listas de ingredientes de los envases.
En este caso, vamos obtener polvo de zanahoria. Lo utilizaremos para dar un color
amarillo-naranja y un sabor a zanahoria buenísimo.
Para ello, necesitamos 4-5 zanahorias grandes. Las lavamos, pelamos, y con ayuda de un pelador hacemos rodajas o láminas, muy muy finas.
Tenemos que deshidratarlas muy bien. Esto lo hacemos en el horno, a 80º unas horas. El tiempo dependerá del agua que contengan las zanahorias y la cantidad. Tendremos que ir observando.
Cuando las tenemos totalmente secas, las molemos con un molinillo, tamizamos y volvemos a moler, para que el polvo que nos quede sea muy fino.
Muy importante guardarlo en envase bien cerrado y hermético, lejos de la humedad.

Color rojo: Remolacha
Excelente remineralizante y antianémica. Aporta vitaminas y minerales. Lo encontramos como E-162 en el etiquetado.
Para conseguir el colorante necesitamos aproximadamente 100 gramos de remolacha y 50 ml de agua. Una vez lavada, la troceamos y la ponemos en la picadora junto con el agua, y trituraramos varias veces.
Para su conservación, lo mejor es en tarro de cristal en la nevera.
Color azul: Lombarda o col morada
Como el resto de sus compañeras es antianémicos, además de diurética y remineralizante. Contiene vitaminas y minerales.
Para obtener el colorante tenemos que cortarla en trozos, lavarla bien y ponerla en una cacerola donde se cubra todo de agua y cocinar aproximadamente 10 minutos a fuego lento. Nos aseguraremos de que el agua esta muy púrpura. Separamos el agua y lo ponemos en un cazo, agregando media cucharadita de bicarbonato sódico y lo mezclamos bien.
¿Por qué se hace así? Muy sencillo, el caldo de la lombarda es un indicador de pH. Al entrar en contacto con otro ingrediente de pH diferente, reacciona cambiando de color. El bicarbonato neutraliza el ácido y el caldo se pone azul.
Conservar también en tarro de cristal en la nevera.

Recolección
Todas estas plantas las podemos cultivar en macetas, mínimo de 20 centímetros de profundad. La siembra la podemos realizar ahora.
En el caso de las espinacas podemos recolectarlas a las 5 semanas aproximadamente de su siembra, aunque varía en función del clima, tipo de espinaca… Les encanta el frío y detestan las temperaturas elevadas. La tierra que mejor les va es la rica en humus. El riego debe de ser regular, pero en dosis reducidas.
En el caso de la remolacha nos vamos como pronto a los 2 meses para su recolección. Su riego debe de ser regular, pero no abundante. Mejor los climas húmedos y suaves. Soportan mejor lluvia que la sequía prolongada.
Y las zanahorias las tendremos a partir de los 50 días en las variedades precoces. Se cultivan prácticamente en todos los climas, aunque prefieren los templados, riego regular, evitando que se seque la tierra, para evitar así que se endurezcan. Agradecen mucho el matillo y el compost casero.
Respecto a la lombarda, según la variedad a partir de los 50 días las podemos recolectar, puede cultivarse en todos los climas, pero la humedad favorece su desarrollo y es resistente a las heladas. Necesitan un riego moderado. Es cierto que sobrellevan bien los periodos más secos, pero ralentiza su crecimiento.
Para sacar partido a todo ello os propongo una receta de galletas de colores para algún día o momento en especial.
Si os animáis a realizar tanto la siembra como el colorante o las galletas estaremos encantadas de ver vuestras creaciones.
Autor: Beatriz Fernández, Dietista
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