¿Qué es la alimentación emocional?
Nos relacionamos comiendo…reímos comiendo, lloramos comiendo, nos enamoramos comiendo, trabajamos comiendo…la comida siempre está presente en nuestras vidas, en nuestros momentos de alegría, de tristeza, de miedo, de incertidumbre, de nostalgia, de amor. Nuestra alimentación depende y está relacionada con nuestras emociones.
Asociamos recuerdos, personas y emociones a la comida que estábamos comiendo cuando los vivimos o sentimos. Compartimos comida para comunicarnos. Aliviamos nuestro dolor, vacío interno y estrés con la comida. En el S. XXI la comida se ha convertido en la anestesia de nuestra frustración, ansiedad y soledad.
Pero… ¿Somos conscientes de cuándo tenemos hambre real? ¿Somos conscientes de que utilizamos la comida como bálsamo emocional para callar pensamientos negativos, para callar sentimientos prohibidos, para callar nuestras ganas de parar y descansar, para callar nuestro ruido interior, para tapar nuestra necesidad de cambio?
Lara Lombarte y Yolanda Fleta en su libro “Las emociones se sientan a la mesa” dicen que los comedores emocionales son las “personas que recurren a la comida cuando se sienten mal, cuando están estresados, saturados, tristes o aburridos”. Además, nos explica cómo cada emoción nos hace comer de una forma determinada, y que no siempre las emociones negativas nos llevan a comer de forma no saludable, también las emociones positivas nos llevan a comer sin control.
¿QUÉ ES LA ALIMENTACIÓN EMOCIONAL?
La ALIMENTACIÓN EMOCIONAL se puede definir como el acto de comer ligado a nuestras emociones (tanto positivas como negativas).
Es decir, convertimos la comida en una manera de aliviar nuestro ruido interno, de comunicarnos con nosotros mismos o con nuestro entorno, así como de calmarnos, de sentirnos acompañados o de desconectar.
La alimentación emocional surge como una necesidad imperiosa de comer un alimento, que suele no ser saludable, para llenar un vacío interno o para calmar un exceso de energía por una emoción, como puede ser la rabia, el miedo, estrés, la preocupación, incluso el aburrimiento, aunque también se puede recurrir a los alimentos para calmar estados de euforia en un momento de excesiva alegría.
La mayoría de las veces creemos que sólo comemos para contrarrestar emociones negativas, como la ansiedad, la tristeza, la soledad. Sin embargo, el comer emocional también está relacionado con emociones positivas como la alegría, en las que usamos la comida para disfrutar, celebrar, compartir, festejar, por ejemplo, en la fiestas navideñas, las vacaciones de verano con amigos y familiares, las reuniones de trabajo de los viernes, las comuniones, las bodas, etc.
PREMIOS Y CASTIGOS
También puede convertirse en un PREMIO, si desde pequeños nos recompensaban con comida cuando terminábamos una tarea, éramos obedientes o sacábamos buenas notas. Desde bebés utilizamos la comida para calmarnos, el bebé relaciona la leche con la protección, calma y el amor de su madre. Desde niños la comida está presente en nuestras vidas, las creencias inconscientes que fijemos en nuestra mente sobre la comida, nos acompañarán a lo largo de los años, y nuestra conducta alimentaria estará interconectada con nuestras emociones. En este sentido, es muy importante no premiar o castigar a los niños con la comida, así como tampoco darles comida porque han tenido un mal día o para que se relajen.
Entonces, ¿en qué momento la comida emocional empieza a ser una conducta perjudicial para nosotros?
LA COMIDA COMO GESTIÓN DE NUESTRAS EMOCIONES
Cuando la comida es nuestro único recurso para gestionar nuestras emociones, cuando la usamos como nuestro escondite para sentirnos protegidos, cuando la vida se nos hace cuesta arriba, como si de un antidepresivo o ansiolítico se tratara, o como una forma de «anestesiarnos» de la realidad, nuestra relación comida-emoción se convierte en TÓXICA.
Para mejorar nuestra forma de relacionarnos con la comida y evitar que la comida se convierta en una adicción, debemos buscar recursos y estrategias para encontrar los motivos que nos llevan a una mala o inadecuada gestión de la emoción que necesitamos suprimir a través de la comida, siempre con la ayuda de un profesional dietista-nutricionista.
La labor del dietista-nutricionista será ofrecer nuevas opciones de alimentación al paciente para equilibrar sus estados emocionales relacionados con la comida según las circunstancias, y ayudarle a diferenciar entre el hambre real (hambre fisiológica) y el hambre emocional. En ocasiones, es recomendable que el tratamiento del «hambre emocional», se lleve a cabo de forma interdisciplinar, combinando la consulta del dietista-nutricionista y un psicólogo. En la tabla 1 se muestran las principales diferencias entre el hambre real y emocional.
Existen varias estrategias para aliviar el hambre emocional: planificación de la lista de la compra y menús, orden en la despensa, alimentación consciente, y tener alimentos saludables para picar cuando empezamos a sentir «antojos».
EL DETECTIVE DE EMOCIONES
Otra herramienta muy útil para trabajar la «alimentación emocional» es el «DETECTIVE DE EMOCIONES». Se trata de planificar el menú saludable semanal anotando en color rojo los alimentos que comemos que no estaban en el menú, y en azul al lado la emoción que estábamos sintiendo en ese momento (ansiedad, tristeza, frustración, aburrimiento). De esta forma observaremos qué emociones afectan más, a nuestra forma de comer, y podremos gestionarlas más fácilmente. Al finalizar la semana, realizaremos el siguiente test (tabla 2) para descifrar los resultados de nuestras notas. Nuestro ritmo acelerado de vida a veces no nos permite indagar en la causa de nuestro malestar. El » DETECTIVE DE EMOCIONES» nos revela información escondida a través de los alimentos que necesitamos ingerir según nuestro estado anímico o emocional.
Reflexiona y contesta las siguientes preguntas:
Y tú, ¿Cómo te relacionas con la comida?
Bibliografía:
1. Psiconutrición. Aprende a tener una relación saludable con la comida. Andrades. C; Herrero. G. 1ª Edición. ArcoPress.S.L. 2019
2. Lombarte. L. Las emociones se sientan a la mesa. 1ª Ed. Barcelona: Comanegra; 2017.
3. Roura. N. “¿Es hambre real o hambre emocional?” [Blog en Internet].2016 [Consultado el 10 de marzo de 2018] Disponible en: https://nuriaroura.com/es-hambre-real-o-hambre-emocional/
4. “¿Qué tipo de comedor eres?”. Centro de Nutrición Garaulet. [Blog en Internet].2016 [Consultado el 10 de marzo de 2018] Disponible en: 15/DiversasActividades/Desayunos/MaterialGaraulet/CuestionarioTipoComedor.pdf
Autor: Raquel Montes, Dietista-Nutricionista (Nº Col: CLM00157)
www.raquelmontes.com / info@raquelmontes.com